La aceituna, como toda fruta, tiene un alto contenido en agua por lo que, cuando en la almazara se extrae el aceite, éste está formado por agua, aceite y partículas de pulpa en suspensión.
La manera de separar el aceite del agua del vegetación o alpechín es, en teoría, muy sencilla: basta con dejar la mezcla de los dos líquidos en reposo durante cierto tiempo para que el aceite, que es más ligero, sobrenade, y el alpechín, que es más denso, se decante y vaya al fondo.
“Salir siempre por encima, como el aceite”
La separación por decantación ha sido utilizada desde la antigüedad para separar el aceite del alpechín. Para ello se utilizaban pocetas comunicadas entre sí de modo que el alpechín iba pasando de una a otra, quedando el aceite en superficie. Éste era retirado con cuidado y depositado en tinajas donde acababa de reposar y se aclaraba, quedando los restos de agua y las impurezas en el fondo.
Es muy importante separar cuanto antes el aceite del alpechín, ya que este último, al corromperse, puede comunicar sabores y olores desagradables al aceite. Puedes seguir leyendo los paneles de nuestro museo accediendo a La Casa del Aceite
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